Me pongo en el lugar de muchas empleadas (en este caso que quiero contar), y en especial de ciertos trabajos rutinarios como secretarias de estudios jurídicos, que cuentan con su propia voz la posición de novedad que les toca tener, su trabajo en los primeros pasos. La cuestión es que el otro día, iniciando una conversación con una joven en una aseguradora, me dijo tras intercambiar apenas 15 palabras entre nosotros: “mirá, te digo que hace 3 días que estoy trabajando acá, tenés que hablar con él que es el dueño”.
Aunque parezca algo mínimo, un poco me dejo pensando esa expresión, eso de “soy nueva”. Por un lado dije, la muchacha se estaba protegiendo de algo que no sabría, pero también advertí el temor de sus palabras, los primeros días en un laburo nuevo eso sí que cuesta, a TODOS.
La diferencia pasa un poco por los que lo demuestran, los que se concentran en el trabajo especifico con gran esmero y parecen expertos con algo de experiencia, y otros que directamente están atrapados en el momento, que están con el “cagazo del siglo”* por sus primeros pasos en un laburo.
Igualmente, las mujeres que he visto en esas situaciones parece que los demostraran con otras cualidades, con muestras más simples, inevitables, hasta con dosis de inocencia, no sé los porqués. Igual en ocasiones, se saca algún provecho de dichas circunstancias, alguna cajera nueva ha dado mal el vuelto justificando su calidad de nueva en la tarea, como también algún empleado (hombre o mujer) en atención al público hace los trámites eternos, con pésima recepción de los reclamos por su misma situación de nuevo.
* “cagazo del siglo”: cualquier similitud con lo que les paso a los jugadores de River (el campeón del siglo, el más grande) contra San Lorenzo es pura coincidencia de apreciación. Se permite su uso como metáfora y comparación.
