
“De la esquina entraban y salían algunos viejos y otra gente con la azarosa indumentaria que suele confeccionar la pobreza. Quise ir derecho al boliche a tomarme una cerveza, pero me di cuenta que no tenía tiempo. Después de todo, habia venido a Hernando a trabajar, no a sacar fotos desoladas como placas mortuorias ni a tomar cerveza en boliches de mala muerte.”
Fragmento de la crónica “Instantáneas de Hernando” del escritor villamariense Iván Wielikosielek.
Incluido en el Libro Crónicas del Sudeste. Ed. Llanto de mudo. 2008
Entre otras obras, Iván ha generado: “Los ojos de Sharon Tate” (llantodemudo, 2006) colección de relatos cordobeses, villamarienses y ballesterenses; y “Cotidianos Funerales en
Además ha publicado “No sé por qué se debe morir” (llantodemudo, 2008), un libro que contiene principalmente gran cantidad de poemas del poeta varillense Alberto E. Mazzocchi.
Un personaje que me merece la admiración literaria que en la ciudad está vedada, en general, a los tradicionalistas poetas de antaño, a las letras atravesadas por lo escaso. Una ciudad que sigue interesada, con excepciones, a la elite cultural de un grupo de señoras/es que se autolegitiman constantemente en reuniones casi sectarias.
Quizás sea un "poeta maldito" para la comunidad local, una poética impertinente para los circulos acurrucados de la SADE, que sigue soñando con los fortines de la edad media.