martes, septiembre 05, 2006

Callejeros: ¿a tocar con el demonio?


Por: José “Zephir” Glanzmann

A raíz de distintas oportunidades y ofertas para tocar públicamente, la banda Callejeros ha estado y permanece en el centro de una polémica: puede o no hacer shows después de Cromañón. Pasaron varios intentos, negativas, autorizaciones preliminares, quejas, shows íntimos y privados, más la reciente actuación en Córdoba capital, con la invitación de la banda La 66, en el boliche…
Por esto, la motivación de la nota, que empezó a gestarse con la preocupación de clarificar o recordar variables ligadas al rock en “nuestros pagos”.

Algún día pasó la tragedia que siempre estuvo rondando los escenarios y los shows del rock en Argentina: el 30 de diciembre de 2004 sucedió en el boliche Cromagnon de Buenos Aires en la presentación del grupo Callejeros.
Entonces, se enlutó el “mundo del rock nacional” y se endemoniaron las costumbres y tribulaciones festivas que se observaban en las presentaciones de los grupos argentinos.
“Durante años celebramos el ritual desaforado y el descontrol, sin comprender con suficiente hondura la necesidad de protección, los gritos urgentes de furia y desamparo de toda una generación errabunda, su (nuestro) vacío existencial” Rolling Stone, año 7, N°83 – febrero 2005.

Así, estas 194 muertes producidas en ese episodio parecen alcanzar el nivel adecuado de argumento para condenar a la banda Callejeros, a su cantante líder Patricio “Pato” Fontanet como sustanciales responsables del hecho. Asimismo, se les adjudica desde distintos niveles, como los discursos de algunos padres de las victimas, medios de comunicación y parte de la sociedad, su incidencia en la “fiesta de las bengalas”.
Ahora, no seamos parte de esta hipocresía burda, de estas eximiciones masivas de tantos grupos de rock nacional que tras el 30/12/04 han sido purificados y “castigan” a sus seguidores como si nunca hubieran integrado esas manifestaciones del rock.
No seamos ingenuos ni desmemoriados. Puedo recordar claramente recitales en Villa María, como Las Pelotas en el club Ameghino, donde se gestaban círculos entre el publico y celebrando la aparición de la banda se tiraba pirotecnia (bengalas, etc.) en un espacio cerrado. Ni hablar de otro mega recital como Los Piojos, Bersuit o La Renga, donde las bengalas estaban siempre presentes.
Pero resulta que tras Cromañon, los líderes de algunos grupos hasta se enojan y paran recitales porque ahora está muy mal prender una bengala al aire libre…
“¿Cómo hemos dejado que ocurriera esta masacre?
Es una tragedia hueca, ofrece un montón de moralejas instantáneas: revalorizar el cumplimiento de las normas, anteponer el respeto por la vida al afán de lucro, repensar las circunstancias en que consumimos rock, y también la manera en que informamos” R. S. - febrero 2005.
Por esto, no parece lo más óptimo condenar a Callejeros a cantar con el demonio. La justicia determinará la implicancia de cada actor en la tragedia, y los grados de responsabilidad penal de cada uno (por ahora, se ha sancionado como uno de los principales responsables al ex jefe de Gobierno de Capital Federal, Aníbal Ibarra, destituido en marzo de 2006 por mal desempeño de su función Pública en la tragedia).
Mientras tanto, si el grupo liderado por Fontanet desea volver a tocar en público, escuchemos sus canciones con alegría, dolor, reflexión, con autocontrol
.

¿Qué busca la gente, cuando uno sólo canta?
“Un minuto”, León Gieco y Pato Fontanet.


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